VIDA VERDAD timo; pero quitándole la ináscara se ve que es odioso.
Qbservedios los casos alternativos. Supongamos que el derecho nos asiste, que resistimos una idrasión, Entouces la idea y el sentimiento encariados en aquel grito se ajustan a la equidad, Puede, en efecto, sostenersc que la propia defensa, no sólo está justificada, sino que es an deber, Supongamos aliora, por el coptrario, que nuestro país és et agresori que nos apoderainos de territorios ajenos, obligamos por las armas una nación recibir productos que no necesita o apoyamos a algún agente para que castigue a los que se ban limitado a aplicar la ley del talión. Supongamos que hacemos algo que, por hipótesis, admitiremos que es malo.
2One querrá decir entonces con nuestra patria, tenga mzón o no? El derecho no es iestro, sino de Hestros contrarios; la injusticia no es suma sino muestra. Cómo, pues, traducir el grito al llamado:patriotico? Evidentemeute de esta manera: jabajo el derecho! jarriba la injusticia! En otras relaciones de la vida, semejante combinación de ideas se estina el.
colmo de la inajdad. Existía entre Duestros autepasados, y aun existe en muchas personas, la creencia: en el principio personificado del mal: la creencia en jín sér que recorre incesantemente el mundo luchando contra los buenos y ayudando al triunfo de los malos. Pueden sintetizarse, mejor las aspiraciones de este ser que con la frase jabajo el dereclio! jarriba.
la injusticia. Les gusta el paralelo nuestros seu.
do patriotas?
Hace alguvos años se ne presento ocasión de expresar mis sentimientos de actipatrióticos, sin duda, serán calificados en téruinos que causaron asombro. Era la época de la segunda guerra del Afghanistan suarido, persiguiendo lo que creíamos