YINA VERDAD Linvitación pública que un señor Cançaigo lizo rarias señoras de esta capital en los días de Semana Santa. Eu esta invitación les exigia que se presentaran en el templo de la Soledad media hora antes de salir la procesión del Santo Sepulcro, que fueran con sus Ilijas y trajeadas de luto riguroso, y que cada una llevara un cirio con lazo negro. Adeniaş les advertfa que por la calle fueran eu dos filas y siempre por delante de la imagen. Les indicabi también que durante la procesión deblan rezar el Santísimo Rosario y las oraciones que pudierani.
No había visto una imposición eclesiástica de más.
imperativa ridiculca. Los señores frailes, en primer lugar, ya no se contentali con reglamentarlo todo dentro de los tenplos, sino que llevan sualla de advertencias llasta 14 calle. Cansados estamos de tantas reglas odiosas inutiles. Parece que por todos los medios quisieran atar nuestra voluntad y. lacer de las gentes un rebaño sin iniciativa, acostume brado la obedieacia pasiva; Por otra parte yo sé que muchas señoras lian visto con extrafieza que, sin haberlas consultado antes anden sus nonbres impresos en bojas públicas. Esta es una falta de respeto y un autoritácisnto sin lími.
tes. Pero lo que llega al colmo de absurdo es la iniposición de que recen por la calle sesenta padreriestros y avemarfaso sea un. Santo Rosario. Taloración, practicada de tal modo, es falsa, mecánica y siq valor Uguno como sentimiento religioso. Creo que toda persona que estime en algo su voluntad y enteudi.
miento. la silo incapaz de lacer un trabajo propio de papagayos.
Tales rezos los dejaremos para los muñequitos de los japoneses, Jonathas Riedel