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PROLOGO La presente reseña ha sido elaborada atendiendo solicitud de una entidad inglesa con filial en New Jersey USA, llamada QUIEN ES QUIEN EN EL MUNDO, que pidió el historial del camarada Elí Altamirano para publicar una biografía suya en su nueva edición de cuatro tomos que aparecerá en 1996. El material, preparado por una Comisión ad hoc del Buró Político, fue enviado a su destino el 29 de junio del presente año 1995, y ahora decidimos ponerla en vuestras manos en una entrega mejorada.
El Buró Político del Comité Central del Partido Comunista de Nicaragua me pidió que hiciera un pequeño prólogo a la biografía del camarada Elí Altamirano, tarea que acogí con sumo agrado.
El camarada Elí, a como lo llamamos cariñosamente tanto los miembros del Partido como los obreros, los campesinos y el pueblo, proviene de una familia trabajadora. Desde la adolescencia él no conoció otro modo de procurarse los medios de subsistencia que no fuera trabajando, lo que dejó huella indeleble en su inquebrantable carácter, en la garra de la que desde entonces hace gala en la disciplina, en la justicia y para encarar las vicisitudes de la vida; en el anhelo de emancipación que prontamente lo identificó con las luchas de la clase obrera nicaragüense y del proletariado mundial y que le forjaron el duro temple que posee para enfrentar los problemas más complejos e intrincados de esa batalla histórica que a la cabeza de nuestro Partido lleva adelante.
Desde su inicio como revolucionario el camarada Elí tuvo una inclinación natural al estudio de los clásicos del marxismo leninismo fiel al precepto de que la teoría es una guía para la acción, lo que lo ha convertido en el más calificado ideólogo del comunismo científico del país y entre los mejores de nuestro continente.
Puedo decir con orgullo que la clase obrera, los campesinos pobres y sin tierra, los intelectuales progresistas y el pueblo, tienen en él a un ideólogo en pleno desarrollo de su productividad teórica, con una extraordinaria capacidad de abstracción que lo confirma como un materialista científico, como un comunista que brillantemente está pasando los difíciles exámenes que la sociedad moderna exige en la solución de sus acuciantes problemas políticos, económicos y sociales.
El camarada Elí es un hijo del pueblo nicaragüense que ingresó y se desarrolla en el campo de la ciencia y en el campo de la práctica como científico.
Desde el punto de vista humano, propiamente dicho, el camarada Elí es excepcional.
Nadie que lo ha buscado ha dejado de encontrar su mano amiga, fraterna y humana. Hasta en la invencible firmeza que lo distingue sobresale la generosidad que en igual le caracteriza.
Constructivo en todas las relaciones partidarias, aún frente al error más grande que se pueda cometer persiguiendo los objetivos que nos trazamos. Inagotablemente persuasivo. Su propia naturaleza polémica lo lleva al uso del razonamiento y jamás a la imposición. No temo equivocarme al afirmar que todos los que se han ligado a él en la búsqueda de soluciones nacionales también han comprobado, disfrutado y aprendido de esas cualidades.
Para él el compromiso tiene contenido principista; siempre cumple, jamás falta al gran honor que todos le admiramos; su palabra es más fuerte que un documento firmado, lo que lo convierte en persona de una sola pieza frente a cualquier obligación. Practica la honradez en todas sus dimensiones y matices. Nadie en nuestro país puede decir que Elí Altamirano le ha fallado.
El camarada es de esos hombres, escasos en la historia, que cimentados en sólidas convicciones cabalgan hacia lo más lejano, caminan y caminan sin parar y sin desmayos con el corazón bien puesto en los objetivos más profundos del desarrollo.