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90 Lecturas de clase del Grupo Internacionalista una Sometamos a prueba su sinceridad, aconsejó el congresista Dodd en la réplica oficial del Partido Demócrata a la ponencia de Reagan. También en Nicaragua, los sandinistas juran su lealtad a una economía mixta (es decir, capitalista) y al pluralismo político la libertad de organizar para la burguesía.
Pero el tiempo urge: la intransigencia reaganiana obliga a los sandinistas a defenderse frente a la contrarrevolución y los empuja hacia la vía cubana. En El Salvador, se reducen las posibilidades de un arreglo negociado con cada éxito de los rebeldes izquierdistas en el campo de batalla.
Subrayamos. Completar la revolución nicaragüense. Adelante a San Salvador No la traición negociada!
Una traición negociada de la guerra civil salvadoreña representaría una derrota para los obreros y campesinos y señalaría otro baño de sangre. Las diminutas, opulentas y corruptas burguesías de Centroamérica solo pueden contener a los hambrientos obreros y campesinos mediante la más brutal represión de las masas oprimidas. Hoy día en El Salvador los EE. UU. financian proyectos de pacificación estilo Vietnam: programas organizados por el ejército para construir caminos, casas, escuelas, etc. Village Voice, 10 de mayo. Sin embargo, será necesaria revolución socialista para lograr el desarrollo industrial, tierra para los campesinos y derechos democráticos básicos para las masas del pueblo, aplastando a las oligarquías sangrientas. Después de la derrota del imperialismo francés en Dien Bien Phu en el año 1954, se firmó una solución negociada en Vietnam. Los Acuerdos de Ginebra entregaron Laos y Camboya a los imperialistas, dividieron en dos a Vietnam, y prometieron elecciones libres. Costó 20 años más y millones de muertos y heridos para que finalmente Vietnam fuera liberado de la garra ensangrentada del imperialismo.
iDefender a la Unión Soviética!
Los imperialistas fueron derrotados en Vietnam, y fueron derrotados por el Ejército Rojo, liderado por León Trotsky, cuando invadieron a la Unión Soviética luego de la Revolución de Octubre, buscando aplastar al primer estado obrero del mundo. Desde 1917 en adelante, el antisovietismo ha sido el contenido básico de la política exterior del imperialismo norteamericano. Como lo expresó el principal candidato presidencial del Partido Demócrata Walter Mondale, existe un consenso bipartidario sobre los principios fundamentales. los dirigentes soviéticos son cínicos, despiadados y peligrosos, y su implacable concentración militar pone un reto directo a la seguridad del Occidente. Detrás de cada movimiento por la justicia social, en todo rincón del mundo, los imperialistas descubren la mano de una agresión soviética.
Pero no son los privilegiados burócratas parásitos del Kremlin quienes amenazan la seguridad del imperialismo. La burocracia estalinista expropió políticamente a la clase obrera soviética, consolidando su posición parásita en la cumbre del estado obrero soviético durante el período de reestabilización del capitalismo mundial de los años 20; desde entonces se han esforzado por vender las revoluciones de otros pueblos en aras de la distensión con las burguesías imperialistas. Pero los imperialistas mantienen su hostilidad implacable a los cimientos económicos sobre los que descansa la burocracia. la economía planificada de un estado obrero de manera que, de vez en cuando los estalinistas se ven forzados, por sus propios propósitos militares defensivos (como en Afganistán. a ayudar las luchas de los oprimidos contra el imperialismo.
La defensa militar de la URSS contra el imperialismo estă planteada en forma urgente en Centroamérica hoy día.
Si el imperialismo norteamericano, logra aplastar a la revolución nicaragüense y a la insurgencia izquierdista sālvadoreña, su próximo blanco será Cuba. Los imperialistas se sentirán enormemente reanimados en su afán de reconquistar la misma URSS para er capitalismo.
Correspondería a los intereses de la clase obrera mundial y a Ta defensa de la Unión Soviética, que la URSS les enviara fusiles a los izquierdistas salvadoreños y cazas MIG a Nicaragua. La afirmación de Reagan de que esto ya sucede es, lamentablemente. mentira! Mientras los obreros y campesinos centroamericanos luchan heroicamente contra los carniceros respaldados por los EE. UU. Yuri Andropov, en una entrevista con la revista germano occidental Der Spiegel, compara la política de Estados Unidos en Centroamérica con la política soviética en Afganistán.
Implícita queda la sugerencia siniestra de un arreglo. Déjennos Afganistán, y pueden quedarse con Nicaragua.
Otro vocero del Kremlin fue aun más directo, Tenemos un sentimiento de solidaridad para con Nicaragua. Pero para con los países del mundo socialista, que por supuesto incluye a Cuba, el principio del internacionalismo no tiene límites. Como comentó el Guardian (28 de abril) de Londres, Cuba por lo tanto es inviolable, Nicaragua yel resto de Centroamérica y el Caribe que recibe la solidaridad de la Unión Soviética es vulnerable y está fuera del blindaje protector soviético. Al mismo tiempo que Reagan denuncia hipócritamente unos míticos envíos de armas soviéticas a Nicaragua y a los izquierdistas salvadoreños, se informa que los Estados Unidos han incrementado la cantidad y calidad del apoyo militar secreto a los insurgentes afganos combatiendo fuerzas soviéticas. New York Times, de mayo. Pero la respuesta de los estalinistas a esta cínica provocación imperialista es. la claudicación abyecta. Este sometimiento al imperialismo constituye un peligro grave para la misma Unión Soviética! La lucha por defender a la URSS.
contra el imperialismo es inseparable de la lucha por la revolución proletaria a escala internacional. La defensa de Cuba y la URSS comienza en Centroamérica. Rusia Cuba: Armas a El Salvador, MIGs a Nicaragua!
Es imposible lograr nuevas conquistas sin defender las victorias pasadas, y también imposible defender las conquistas del pasado de los obreros del mundo sin luchar por aplastar al imperialismo, ante todo en el mismo coloso imperialista: los Estados Unidos. Los traicioneros reformistas, quienes llaman por No más Vietnams para formar un bloque con el Partido Demócrata de Lyndon Johnson, escupen en la sangre del pueblo vietnamita. Su consigna contrarrevolucionaria está cubierta con el lodo del pacifismo social patriota y se opone directamente a la principal tarea internacionalista de los revolucionarios norteamericanos: derrocar al capitalismo norteamericano. Mientras los reformistas van de la mano con los liberales buscando restablecer la credibilidad del imperialismo estadounidense, nosotros sostenemos. Vietnam fue una victoria. Dos, tres, muchas derrotas para el imperialismo EE. UU. Aplastar al imperialismo EE. UU.
en Centroamérica!