BourgeoisieCapitalismFifth ColumnPrivate PropertySandinismSocialismSocialist PartyStrike

Lecturas de clase del Grupo Internacionalista 84 sión privada neta en el país desde 1979. Los capitalistas son subsidiados con préstamos baratos de los bancos nacionalizados que son quienes aportan el capital de explotación.
En otras palabras, la burguesía nicaragüense se mantiene exclusivamente con ayuda del gobierno.
Después de la victoria del FSLN, el dirigente sandinista Tomás Borge dijo explícitamente, la propiedad privada en este país será respetada. han cumplido esa promesa.
Esto ha significado, por ejemplo, que la reforma agraria nicaragüense es menos amplia incluso que la falsa reforma legislada por la junta titere en El Salvador. La producción algodonera todavía está en manos de grandes terratenientes, muchos de ellos tigados at MDN de Robelo. La producción de café es en su mayor parte negocio de campesinos ricos, que emplean gran cantidad de mano de obra durante la recolecta. Sin embargo, existe ahora una aguda escasez de brazos en el campo, porque la reforma agraria repartió tierras entre algunos campesinos o les redujo el arriendo. Esta insuficiencia ha sido cubierta por el FSLN movilizando a jóvenes de la ciudad y a empleados del gobierno para el trabajo voluntario o a sueldos míseros para los agricultores privados. Mientras tanto, muchos de estos kulaks en los departamentos de Matagalpa y Nueva Segovia han mostrado simpatías por los contras mercenarios que operan ahí con ayuda de la CIA.
Según un apologista de los sandinistas, El clamor por tierra por parte de los campesinos y pequeños propietarios desposeídos. no puede satisfacerse fácil o rápidamente.
Llevará años acabar con las desigualdades en la tenencia de la tierra generadas por el capitalismo somocista (George Black, Triumph of the People The Sandinista Revolution in Nicaragua (1981. Falso. Se podría solucionar en cuestión de semanas, como ocurrió en Rusia en 1917. Pero luego no habría más alianza con los sectores flotantes de la burguesía mediana. Lo que se necesita es una revolución agraria, que desate al campesinado sin tierra para que se adueñe de todos los latifundios. Pero todo intento de enarbolar tal programa ha sido reprimido por el FSLN.
Cuando después de la victoria sobre Somoza el Frente Obrero organizó tomas de tierras, los campesinos fueron repelidos por tropas del FSLN y el periódico del FO El Pueblo fue confiscado. Como comentó un campesino de la región de Chinandega, No lo entiendo en absoluto.
Primero tomar la tierra es revolucionario, y luego un minuto después te dicen que es contrarrevolucionario.
El mantenimiento de la economía mixta ha requerido sobre todo la represión de la izquierda. Esta fue particularmente aguda a principios de 1980 cuando los trabajadores de la industria de la construcción de Managua, 18 fábricas de textiles y el ingenio azucarero más grande del país se declararon en huelga, participando los sindicatos dirigidos por el Partido Socialista (PSN) proMoscú, los disidentes brejnevitas del PCN y el FO proalbanés respectivamente. La respuesta del FSLN fue una represión hábilmente instrumentada: los líderes izquierdistas fueron detenidos a la vez que se mobilizaba a dirigentes sindicales sandinistas para que intervinieran con una ofensiva de unidad para tratar de poner bajo su control a las federaciones sindicales disidentes. El caso más notable fue el de FABRITEX, la planta textil más grande del país, que en repetidas ocasiones se declaró en huelga por aumentos de salarios, bajo la dirección del CAUS, federación sindical ligada al PCN. La primera vez, los sandinistas obligaron a los obreros a volver a su trabajo y el sindicato oficialista CST movilizó a una chusma que saqueó las oficinas del CAUS, acusando al sindicato izquierdista de vínculos con la CIA. La siguiente vez que los trabajadores de FABRITEX recurrieron a la huelga, el gobierno fue aún más decisivo: simplemente cerró la fábrica de propiedad estatal.
Los incondicionales del FSLN defienden tales actos con la calumnia habitual contra oposicionistas de izquierda de ser agentes de la CIA. acusaciones de privilegiados contra los huelguistas, referencias a una conciencia atrasada economicista. y pretensiones de que la Nicaragua sandinista ha salido de la órbita imperialista y por lo tanto cualquier huelga es en realidad un ataque contra el pueblo. Argumentan que aunque el 75 por ciento de la industria sigue en manos privadas, la confiscación de las propiedades de los Somoza y la nacionalización de la banca han otorgado el control efectivo al gobierno, convirtiendo a los dueños capitalistas efectivamente en simples administradores. Esta es una ilusión peligrosa. La quinta columna capitalista dentro del país es un poderoso aporte a los contras, dándoles a los imperialistas la capacidad de crear un caos económico en las ciudades que podría socavar seriamente el esfuerzo militar contra los invasores en las regiones fronterizas. eso parece ser lo que sucede