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BIOGRAFIA DE ELI ALTAMIRANO Página 31 Hay que combatir el repulsivo filisteísmo que ha arrastrado a muchos camaradas a algo así como a sujetos sin principios.
En el seno de nuestra Organización ha tenido lugar cierta desmoralización, causada por los rudos reveses recibidos. La conciencia de los comunistas se ha visto atormentada con el desplome de la URSS y de la Comunidad Socialista, también por el golpe que usurpó el Poder Político a la UNO. Ambos acontecimientos, que se dieron simultáneamente, afectaron profundamente el sentimiento y el espíritu del Partido Comunista de Nicaragua. Esta fue ocasión para que en sus filas se anidaran ideas fatalistas, las que dieron origen a desviaciones y luego a criterios ridículos y mezquinos que constituían la negación del Partido. Malos momentos, que fueron tratados a fondo y superados, pero que por consecuencia todavía enfrentamos duras y difíciles secuelas.
Dejar hacer lo que no se debe hacer, callar lo que se debe criticar y evitar, tolerar los hechos y actitudes que se contradicen con el comportamiento de los comunistas, son desvíos que persisten y que se deben corregir cuanto antes.
Apañar a quienes cometen irregularidades, arrojarse contra quienes informan al Partido el mal comportamiento de tal o cual organismo o militante, son formas aberrantes del individualismo, contrarias por completo a la moral comunista.
El amiguismo, de una parte, el sectarismo de otra, y el librecriticismo por otra, desfiguran y degeneran el espíritu comunista.
Las baladronadas, el exhibicionismo, el protagonismo, el arribismo, además de actitudes feas en un comunista constituyen expresiones propias del más bajo espíritu pequeñoburgués.
Todo esto es profundamente dañino porque destruye la moral comunista, la disciplina y las filas orgánicas del Partido.
El caudillismo es otra peligrosa desviación porque tiene un inmenso contenido antipartido. Los comunistas deben tener en cuenta que el caudillismo es una antigua tendencia egocentrista traída a las luchas sociales y a las campañas electorales por los sectores y elementos reaccionarios. Sus actuales sostenedores son conscientes o gustosos partidarios del vetusto tradicionalismo. En nuestro medio abunda la megalomanía, habiendo casos célebres que destacan por su insolencia y el daño que ocasionan. Estos han complicado mucho más el ya complicado panorama de la crisis general porque han infestado el ambiente de todo género de individualismo, incluyendo el anarquismo personal y colectivo.
Todas las manifestaciones pequeñoburguesas que hemos mencionado se ven estimuladas por las supervivencias arcaicas. Pero en lo esencial son cultivadas y alimentadas por el ego en superlativo que de forma continua genera la propiedad privada en la sicología de los individuos. Cuanta forma de individualismo, caudillismo y oportunismo asome la cabeza en el seno de nuestras filas deberá ser combatida, derrotada, extirpada.
Si se observa con atención, los portadores de tales manifestaciones en el Partido son, sin excepción, amigos de lo fácil, inclinados al facilismo; enemigos de lo complicado, abanderados de la holgazanería y de la comodidad entre las filas. por extensión lógica son los representantes de la visión más estrecha y artesana del trabajo político, así también de la militancia más rudimentaria. Por supuesto, estamos hablando de la fuente que de forma constante produce la negación de la conciencia comunista y de la militancia partidaria.
Nos encontramos a las puertas de grandes acontecimientos nacionales que imprimirán profundos cambios en el tipo de desarrollo del proceso histórico de la Sociedad Nicaragüense.
Avanzamos hacia nueva situación que exige nueva calidad del Partido Comunista de Nicaragua. Para cada uno de los militantes esto significa nuevo espíritu de lucha por la noble causa del proletariado, que también es la causa socialista del pueblo nicaragüense.
Con estricta sujeción a la dialéctica del proceso histórico debemos aferrarnos a lo bueno para poder separar lo necesario de lo que ya no sólo no es necesario sino que obstáculo. Preservar lo bueno y desechar lo malo, he ahí el punto de partida de nuestra lucha colectiva por la superación de nuestro Partido. Fragmento de: En los umbrales de grandes acontecimientos históricos. Periódico AVANCE No. 317, 27 de septiembre de 1993. LA LUCHA POR RETORNAR AL ESPIRITU REVOLUCIONARIO La lucha interna por la superación de fallas y errores, que ya cubre tiempo suficiente, ha logrado